Del proyecto al business: cómo lanzar tu producto

Para Dulce, la ingeniera valiente.


Hace unas semanas me escribió por WhatsApp una ingeniera de alimentos, una chica veinteañera que conocí el año pasado trabajando para una planta productora. Su mensaje fue muy concreto y más bien una gran sorpresa: te contacto porque he decidido renunciar y comenzar mi propio negocio.
Me dio mucho gusto. Cuando la conocí su actitud me recordó esa energía que tenemos cuando salimos de la facultad y queremos hacerlo todo. Así que, sin duda, estaba haciéndole caso a su energía infinita y estaba decidida a dar el salto al vacío.

Su pregunta específica fue "cómo empiezo". Ya tenía el producto, unas salsas agridulces con recetas suyas (y me presumió que su salsa de tamarindo es una delicia), pero estaba por iniciar el proceso de diseño, logo, marca, envase, etcétera. Me preguntó cuál había sido nuestra experiencia en ese tema y aunque le respondí también en su mensaje, le prometí que le prepararía algo más detalladado y aquí está.

Cómo crear la imagen y etiqueta

Ni mi madre ni yo sabíamos gran cosa de diseño cuando iniciamos con Happy Marmalades, pero lo cierto es que gracias a Pinterest, Instagram y a toda la publicidad que recibimos, más o menos pudimos darnos una idea de qué estilo nos gustaba.
Cada empresa tiene su propia personalidad, cada producto tiene su propia personalidad, y además está el mercado al que está dirigido y un montón de otros factores.
En nuestro caso, la primera vez que definimos la imagen de nuestra marca fue hace 15 años con "La Lechuza", y lo hicimos en una comida en mi casa con varios amigos de la facultad: muchas cabezas piensan mejor que una. 
Misma situación que la ingeniera: teníamos el producto "mermelada de guayaba" pero necesitábamos todo lo demás. Mis amigos opinaron, mi madre, mis hermanos, gran lluvia de ideas que yo iba anotando o descartando si el argumento de otro nos convencía.
Al final elegimos "La Lechuza", el apodo de mi madre, y pensamos en colores rojos y cafés, algo que evocara la casa, la mesa. Le pusimos una telita de cuadritos a las tapas porque nuestros frascos eran de reuso (unas tapas decían La Costeña, otras eran azules y decían Kraft) y el diseño estuvo a cargo de Josué Coronado, un amigo que estudiaba diseño y literalmente "nos usó/lo usamos" para hacer su tarea. (Hasta la fecha le agradecemos con todo el corazón ese proyectazo).


¿Y qué tenía que decir la etiqueta? Empezamos copiando: buscamos una mermelada comercial similar a la nuestra y copiamos todos los elementos: la descripción, el modo de uso, la lista de ingredientes, el contenido neto, etcetera. Ahora es mucho más fácil enterarte de los elementos oficiales. Basta con googlear "etiquetado de alimentos en México" y voilá. Este slide share de la Secretaría de Economía está muy completo.  (y miren esto: investigando de la NOM ahora leo que ya no solo te dicen qué tiene que llevar tu etiqueta sino cómo leerla si eres celiaco, hipertenso o diabético, como hace en este link la Asociación Mexicana de Diabetes).


La norma de etiquetado se llama NOM-051-SCFI/SSA1-2010. "Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas pre envasados". Si además tienes interés de exportar, de una vez mata dos pájaros de un tiro y cumple con lo que pide FDA que no es muy distinto.

Después hay que hacer la tabla nutrimental (la ingeniera al menos no tendrá problema con eso) y para los códigos de barras hay que comprar tu membresía de GS1 México. Cuesta $2,840 la primera vez y luego cada año $850 pesos.

Cuando has cumplido con los requisitos básicos de la NOM 051 lo que sigue es verificar ese cumplimiento con una agencia que te emita un certificado (NORMEX, ANCE, CYCE, SGS y ochocientas más). Validar la NOM 051, un trámite relativamente sencillo y no es tan caro.



Para la impresión, lo ideal es buscar una imprenta que tenga buena calidad, no hay nada más feo que un producto con una etiqueta chafa. No es necesario imprimir un millar. Nosotros empezamos en un Office Depot.

Preparar tu producto para la venta al público es un proceso largo, tedioso, caro y aburrido, pero hay que hacerlo. La etiqueta completa y bien diseñada es la gran puerta de entrada al comercio en este país y en cualquier otro. Además ver tu producto tan "profesional" da mucha emoción y te da la seguridad de mostrárselo al mundo entero. (Si no te emocionas, al menos podrás quitarte el miedo de que Cofepris o Profeco lo retiren de los anaqueles y te multen.
Hacerlo bien desde el principio tiene buenas recompensas.

El diseño final: El logo, los colores, el envase es un tema de feeling y gusto personal. Si hablamos de hacerlo bien, lo ideal es que contrates a un diseñador o bien que busques a un amigo o un estudiante y te lo haga sin cobrarte mucho. Tu marca tiene que gustarte a ti, enamorarte a ti. Lo que tú mismo sientas de tu producto y tu empresa será un espejo con tus clientes. Si no te gusta el logo ¡cámbialo! Nosotras pasamos de La Lechuza a Happy Marmalades (y será el reclamo infinito de mi madre/socia para siempre). Nada está escrito en piedra. 

Después van las fotos. Buenas fotos te sacarán de apuros siempre. ¿Un amigo tiene una cámara profesional? ¿conoces un fotógrafo? Nosotras tenemos un lote de fotos profesionales que usamos para todo: la página, el catálogo, facebook, instagram, etcétera. Hacer después fotos con el celular está bien, son prácticas, pero un buen estudio de fotos de tus productos es muy importante; habla de  tu calidad.

Lo demás es hacer una bonita página web, una tienda en línea o en facebook y postear regularmente para que empieces a tener presencia y "sientas" que te has lanzado al mundo. Tus amigos te echarán porras y likes, quizá lleguen algunos clientes, pero eso no va a durar.  
Entonces tendrás que hacer un plan de negocios, un centro de costos, una estrategia comercial y un montón de otras cosas, abrumadoras y horribles que, curiosamente, te darán una paz de monasterio.
Pero eso ya es otro tema. 
Un paso a la vez. 

















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