Happy Problems: Contenedor a Rusia

Lety, en el taller de Happy marmalades en Cuernavaca

Seguimos trabajando en las negociaciones de la producción de un conenedor para el cliente ruso. En realidad no es nada complicado, es más bien tomar notas en un proceso imaginario donde las compras, la producción y el almacenamiento funcionen armónicamente. Matemáticas e imaginación (mientras más matemáticas y más imaginación, menos riesgos). 
En este caso, para lograr en tiempo y forma la entrega de 11 pallets (21,160 mermeladas) teníamos que resolver lo siguiente:

Internamente
  • Crédito de al menos 30 días con nuestros proveedores (check)
  • Dos cocineras más (check)
  • Una estufa nueva con tres hornillas más (check)
  • Un set de 10 ollas más (check)
  • Organizar un horario nocturno de trabajo en el taller (check)

Con el área de ventas
  • Servicio de almacenaje en su bodega (check)
  • Servicio de embalaje (check)

Con el cliente
  • Anticipo de 50% para producción (pendiente)
  • Entregar en 11 semanas (pendiente)

El proceso es como un juego de ping pong. Nosotras lanzamos un tiro con la lista inicial de necesidades, el cliente regresa el tiro con sus condiciones. El área de ventas (en Europa) se convierte así en la cancha donde rebotan las peticiones de uno y otro. 
En nuestro primer tiro de regreso, el cliente nos mandó una bola difícil de cachar: 
  • Solicitaba el embarque en 4 semanas
  • Aceptaba dar 20% de anticipo, 30% al terminar producción y 50% al recibir la mercancía en Rusia. 
Las opciones para el área de producción no eran muchas, podíamos aceptar 20% de anticipo, pero para entregar en 4 semanas era necesario solicitar una maquila. El día que recibí la noticia, dentro de mí, en ese lugar donde se guardan las decisiones importantes, una vocesita me dijo "no hay manera". Sin embargo, en mi cabeza, en ese otro lugar donde se distorcionan las decisiones importantes, otra vocesita me dijo "busquemos como hacerlo". 

Investigué varias empresas maquiladoras, la mayoría lejos de la Ciudad de México, en Guadalajara y Guanajuato, luego hice varias llamadas y finalmente encontré un proveedor que podía cubrir nuestras necesidades. Hablamos largo rato por teléfono, calculamos las materias primas, tiempos de entrega, inlcuso hablamos del etiquetado. Por correo electrónico me envió una propuesta y después de mucho analizar llegaba a tres preguntas clave: ¿Qué tan ético es usar una maquila? ¿Qué es lo que busco ganar con Happy Marmalades? ¿Qué consecuencias puede tener usar una maquila en nuestra empresa familiar?
Compartí mis reflexiones con nuestra área de compras en un email: 
1. Nuestro proceso es artesanal y es posible acelerarlo, sin embargo, para lograr 11 pallets en 4 semanas sería necesario maquilar. La maquila tiene varios factores que considerar: 
- Es viable usar la maquinaria únicamente en el proceso completo esto es, subcotratar a un tercero que cocine, envase, esterilice y etiquete.
- No es viable subcontratar el servicio parcial (para envasado o esterlización por ejemplo) pues los costos de transportación y materias primas se elevan, además de que se descuida la calidad en el traslado.

2. Al maquilar el proceso completo la mermelada deja de ser artesanal y nos enfrentamos a un tema de ética interno.  
- Decidimos cuidar al planeta: la maquinaria necesita combustibles que a su vez contaminan y desconocemos los procesos de deshechos de las maquiladoras.    
- Nosotras tenemos composta y reciclamos materiales (donamos las garrafas de agave, separamos el cartón, etc).
- Somos una empresa Women Owned, que da trabajo a 4 mujeres de Morelos; con la maquila el trabajo sería 100% para otra empresa.
3. La utilidad es mínima
Con el precio que fijamos al cliente, usando 100% la maquila, la utilidad es mínima, lo que nos deja en una posición difícil pues el proceso implica mucho estrés y grandes riesgos por muy poco dinero.

Como verán, hemos pensado mucho esta oportunidad, sin emargo debemos ser cuidadosos. Es posible mantener nuestros procesos y negociar a 8 semanas, pero no menos de eso.
Para el futuro próximo, estaremos mejor preparadas en cuestiones de espacio y personal para mejorar tiempos :)

Una buena noticia es que desarrollamos un conservador natural que permite que el producto tenga de 18-20 meses de conservación y alrededor de 12-14 semanas en el regrigerador.

Así las cosas, la pelota está en la cancha en espera del siguiente tiro.  

Nuestro jardín, en el taller (y hay quien pregunta si de verdad somos felices)

Área de preparación y puerta de almacén

En la inauguración del taller en septiembre de 2014. Con nuestros tíos (y mi papá que extraño tanto)

Nuestra familia, nuestros socios, nuestros amigos

El taller y el jardín, Lety a la izquierda con charolas de quién sabe qué :)


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